El Ayuntamiento de Salou adulteró datos catastrales en la finca de la sala de fiestas Galas
El Ayuntamiento de Salou envió datos falsos a la Oficina del Catastro sobre la edificación que existía en la parcela donde se ubicó la famosa sala de fiestas Galas, cuyo edificio quedó arrasado el último día de marzo de 2002.
Según consta en la certificación del Registro de la Propiedad en poder de EL MUNDO, en aquella parcela, de 18.686 metros cuadrados existía una edificación que constaba de una planta semisótano de 1.854 metros cuadrados -que correspondería a la discoteca bajo la sala de fiestas, y una planta baja, la propia sala de fiestas, de 2.930 metros cuadrados. Y nada más. La utilización de esas cifras hubieran permitido una edificabilidad del 40%, similar a la que afecta a parcelas colindantes.Pero la realidad actual es muy distinta. El Plan de Ordenación Urbana Municipal (POUM) de Salou concedió una edificabilidad del 100%, que se traduce en una construcción de bloques de planta baja más tres pisos, con densidad de 200 viviendas, cuando el propio POUM de Salou contempla una densidad bruta máxima de 128 por hectárea.
Para aprovechar al máximo y poder edificar sobre esa parcela se utilizó una trampa: una vez demolido el edificio, el Ayuntamiento introdujo datos falsos en el Catastro sobre la antigua edificación.Así, se añadió un almacén de proporciones descomunales -15.000 metros cuadrados- que ni figura en la escritura ni nadie recuerda, resultando que en una finca de 18.686 metros cuadrados, la edificación se iba a los 19.784 metros cuadrados, lo que le concedía la máxima edificabilidad.Las trampas no acaban aquí. Según el artículo 258 del POUM de Salou, publicado en el DOGC del 19 de diciembre de 2003, se habla de una parcela «aproximada» de 15.620 metros con una cesión de 620 metros, cuando se sabía que la superficie era de 18.686 metros cuadrados.
Mientras que para conseguir la máxima edificabilidad no se duda en poner la medida real de la finca; y para ceder suelo para viales y otros, se restan metros que se restan igualmente de la superficie a ceder.El asunto de la cesión tampoco era precupante. Según los datos registrales, el proyecto que afecta a la zona contempla la construcción de una primera fase con cuatro bloques casi idénticos. Pero está prevista una segunda con otro bloque también idéntico que se ubicará parcialmente sobre esta parte de la cesión de 620 metros, que hábilmente luego compraron al propio Ayuntamiento. Así, los promotores han logrado edificar mucho más.
Según datos del Registro, la medida de la primera fase es de 19.069 metros cuadrados, lo que representa esa edificabilidad del 100% con una parcela de 18.600 metros cuadrados. Ahora bien, al comprar los 620 metros cuadrados de cesión consiguen ese otro bloque de la segunda fase, y el total construido será de 23.833 metros cuadrados, muchísimos más de los que realmente tenía la parcela madre.Cabe señalar otras actuaciones extrañas, que quedan reflejadas en la nota del Registro y el POUM de Salou. En el acuerdo de aprobación del POUM, publicado el 5 de diciembre de 2003 se recoge, en torno al plan de actuación urbanística en la zona del Galas: «Recordar que se deben aportar las cesiones del ámbito del PAUCS 20 con anterioridad a la publicación del POUM, en caso contrario se mantendrá la calificación del planeamiento vigente».
La publicación es del 19 de diciembre de 2003 y a esa fecha no estaba hecha la cesión y compra de los 620 metros por 928.000 euros. Así, existe la duda de si es legal la calificación actual.La reparcelación, según nota registral, se aprobó por la Junta de Gobierno Local el 21 de diciembre de 2004 y allí se condicionó al pago del precio de 928.000 euros, pago que se hizo antes de acabar 2004. Cinco años después del incendio que arrasó la sala de fiestas, la documentación asegura que el suceso no era enigmatico.Más anomalías en Salou Que los límites de la ley o de la ética no parecen haber preocupado demasiado a los gobernantes municipales de Salou, especialmente al alcalde, Esteve Ferran, y al concejal de Urbanismo, Esteve Ferran hijo, ha quedado acreditado en numerosas informaciones periodísticas, la mayoría adelantadas por EL MUNDO.
El concejal de urbanismo e hijo del alcalde ha hecho pelotazos inmobiliarios varios, aunque alega que desconocía que lo que había estado haciendo estaba mal. Pero la información que hoy adelanta este diario va mucho más lejos porque revela que quienes cometieron las irregularidades sí eran conscientes de lo que estaban haciendo. Sólo así se explica que desde el Ayuntamiento se alteraran los datos catastrales de la sala de fiestas Galas después de que se quemara. En los planes del Ayuntamiento para rehabilitar la zona se utilizaron datos falsos. Es difícil que en este caso se pueda alegar error o buena intención, especialmente porque hubo beneficiados por la utilización de esos datos falsos. Pero la falsificación de los datos plantea preguntas mucho más siniestras, entre otras cosas, si el fuego empezó de forma accidental o no, porque los negocios que generó el incendio y en los que estaba implicado el Ayuntamiento fueron sustanciosos.
Según consta en la certificación del Registro de la Propiedad en poder de EL MUNDO, en aquella parcela, de 18.686 metros cuadrados existía una edificación que constaba de una planta semisótano de 1.854 metros cuadrados -que correspondería a la discoteca bajo la sala de fiestas, y una planta baja, la propia sala de fiestas, de 2.930 metros cuadrados. Y nada más. La utilización de esas cifras hubieran permitido una edificabilidad del 40%, similar a la que afecta a parcelas colindantes.Pero la realidad actual es muy distinta. El Plan de Ordenación Urbana Municipal (POUM) de Salou concedió una edificabilidad del 100%, que se traduce en una construcción de bloques de planta baja más tres pisos, con densidad de 200 viviendas, cuando el propio POUM de Salou contempla una densidad bruta máxima de 128 por hectárea.
Para aprovechar al máximo y poder edificar sobre esa parcela se utilizó una trampa: una vez demolido el edificio, el Ayuntamiento introdujo datos falsos en el Catastro sobre la antigua edificación.Así, se añadió un almacén de proporciones descomunales -15.000 metros cuadrados- que ni figura en la escritura ni nadie recuerda, resultando que en una finca de 18.686 metros cuadrados, la edificación se iba a los 19.784 metros cuadrados, lo que le concedía la máxima edificabilidad.Las trampas no acaban aquí. Según el artículo 258 del POUM de Salou, publicado en el DOGC del 19 de diciembre de 2003, se habla de una parcela «aproximada» de 15.620 metros con una cesión de 620 metros, cuando se sabía que la superficie era de 18.686 metros cuadrados.
Mientras que para conseguir la máxima edificabilidad no se duda en poner la medida real de la finca; y para ceder suelo para viales y otros, se restan metros que se restan igualmente de la superficie a ceder.El asunto de la cesión tampoco era precupante. Según los datos registrales, el proyecto que afecta a la zona contempla la construcción de una primera fase con cuatro bloques casi idénticos. Pero está prevista una segunda con otro bloque también idéntico que se ubicará parcialmente sobre esta parte de la cesión de 620 metros, que hábilmente luego compraron al propio Ayuntamiento. Así, los promotores han logrado edificar mucho más.
Según datos del Registro, la medida de la primera fase es de 19.069 metros cuadrados, lo que representa esa edificabilidad del 100% con una parcela de 18.600 metros cuadrados. Ahora bien, al comprar los 620 metros cuadrados de cesión consiguen ese otro bloque de la segunda fase, y el total construido será de 23.833 metros cuadrados, muchísimos más de los que realmente tenía la parcela madre.Cabe señalar otras actuaciones extrañas, que quedan reflejadas en la nota del Registro y el POUM de Salou. En el acuerdo de aprobación del POUM, publicado el 5 de diciembre de 2003 se recoge, en torno al plan de actuación urbanística en la zona del Galas: «Recordar que se deben aportar las cesiones del ámbito del PAUCS 20 con anterioridad a la publicación del POUM, en caso contrario se mantendrá la calificación del planeamiento vigente».
La publicación es del 19 de diciembre de 2003 y a esa fecha no estaba hecha la cesión y compra de los 620 metros por 928.000 euros. Así, existe la duda de si es legal la calificación actual.La reparcelación, según nota registral, se aprobó por la Junta de Gobierno Local el 21 de diciembre de 2004 y allí se condicionó al pago del precio de 928.000 euros, pago que se hizo antes de acabar 2004. Cinco años después del incendio que arrasó la sala de fiestas, la documentación asegura que el suceso no era enigmatico.Más anomalías en Salou Que los límites de la ley o de la ética no parecen haber preocupado demasiado a los gobernantes municipales de Salou, especialmente al alcalde, Esteve Ferran, y al concejal de Urbanismo, Esteve Ferran hijo, ha quedado acreditado en numerosas informaciones periodísticas, la mayoría adelantadas por EL MUNDO.
El concejal de urbanismo e hijo del alcalde ha hecho pelotazos inmobiliarios varios, aunque alega que desconocía que lo que había estado haciendo estaba mal. Pero la información que hoy adelanta este diario va mucho más lejos porque revela que quienes cometieron las irregularidades sí eran conscientes de lo que estaban haciendo. Sólo así se explica que desde el Ayuntamiento se alteraran los datos catastrales de la sala de fiestas Galas después de que se quemara. En los planes del Ayuntamiento para rehabilitar la zona se utilizaron datos falsos. Es difícil que en este caso se pueda alegar error o buena intención, especialmente porque hubo beneficiados por la utilización de esos datos falsos. Pero la falsificación de los datos plantea preguntas mucho más siniestras, entre otras cosas, si el fuego empezó de forma accidental o no, porque los negocios que generó el incendio y en los que estaba implicado el Ayuntamiento fueron sustanciosos.
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